05 mayo 2008

SAN PEDRO.- La ciudad de los perros










Continuamos en el día anterior, hemos estirado y sacudido con la ducha los 420 km de la ruta de hoy, nos programamos para ir a cenar y cambiar pesos en el pueblo.
Sorpresa, San Pedro de Atacama tiene un encanto especial en el desierto, ha este lugar se han ido arrimando hippy y bohemios, se ha llenado todas las calles de comercios, bares, tiendas de aventuras, agencias de cambio, pizzerías, las calles de tierra son estrechas y de color chocolate, y hay un ambiente por las calles increíble. Mucha gente paseando, que te preguntas, de donde ha salido tanta gente.

Con un lomo a lo pobre, o pollo al horno. Un garnacha tinto, Caserío del diablo. Una enorme hoguera vestía el centro de aquel restaurante, la música de las flautas los tambores y el cuatro, pusieron el broche a una bonita noche de experiencias compartidas. Mañana partimos a los geisers del Tatio sin motos.

A las cuatro de la mañana y abrigados hasta los dientes, nos recogió el micro bus de Antonio, un chileno resuelto que se presentó a tales horas para indicarnos: Buenos días, mi nombre es Antonio nosequé, soy vuestro chofer guía, vamos a subir a los Geiser del Tatio, están a 4400 m. de altura. La carretera está muy mala y el trayecto dura unas dos horas y media, tenemos que estar allí antes que salga el sol, para disfrutar del espectáculo natural.

Y empieza el baile, no me acuerdo cuantas curvas ascendimos ni cuantos ríos cruzamos, solo sé que en la negra oscuridad de la noche estos detalles no nos pueden quitar el sueño, así que entre bamboleos y polvo del camino, llegamos ha las 6,30 al destino, la orilla del gigantesco cráter de fumarolas.

Parada para las necesidades matutinas y briefing de Antonio: Prohibido totalmente tocar el agua, podríamos sufrir quemaduras de primer grado, Intentar no respirar los vapores de los geisers, y caminar con cuidado por en medio no vayan a marearse y meterse en
Uno, hirviendo.

Primera bofetada de la mañanita, -15º grados, saltitos y sacudidas y 10 km más hasta el interior del cráter el día va aclarando y las fumarolas de los geisers llaman la atención, cientos de ellos. La tierra también tiene frío está como nosotros, helados y expulsando vapor sin remedio.

Aclimatarse a la altura, no es fácil, y entre el frío y el peso del altiplano, nos vamos haciendo la idea de lo que nos espera en Peru. Antonio nos prepara el desayuno al aire libre y helado mientras nosotros vamos paseando por todos los geiser para ver tremendo espectáculo.

Chocolate caliente al natural, mete las bolsas de tetrabrik en el agua hirviendo de los charcos, y en un par de minutos leche caliente que nos va aclimatando rápido, curiosidad ver meter los huevos a sancochar en cinco minutos en las charcas.

El sol alumbra la copa de los volcanes que nos rodean: el Putana, el volcán apagado, el Sairecabur y el Tatio forman el circo de alrededor de esta parte del altiplano, desde sus cumbres nevadas nos observan, con mil quinientos metros más de altura sobre nosotros.
En cuanto el sol rompió alumbrar, fue un momento mágico, las fumarolas blancas estiraron el vapor a cientos de metros de altura, el chute de adrenalina nos hizo saltar de alegría, y la sensación de estar asistiendo a un espectáculo único de la naturaleza nos embargaba la emocionante mañana helada.

Continuamos hacia otra parte de los geiser para visitar el mayor de ellos, y la piscina natural, osadía de algunos valientes que no dudaban en meterse en las terapéuticas aguas termales a pesar del frío de afuera. El ensordecedor ruido que hacía el geiser mayor nos devolvió el recuerdo del demonio dormido de los volcanes.

Sensación de mareos y pesadez, andar despacio y respirar pausados, nos metemos en el micro para el descenso que viene, visita a Machuca, bajando el altiplano, un pueblo de cuarenta habitantes con una sola calle, donde descubrimos el milagroso efecto del agua bendita, se llama “chachamaco” y tras ingerir la taza que nos prepara el paisano empezamos a sentirnos muy bien.

Probamos unas empanadas de queso de cabra hechas por la paisana delante de nuestros ojos, paseamos por la única calle del pueblo y comimos unos pinchos de carne de llama a la braza, ricos y sin sal. Fotografiamos a los rebaños de llamas que pastaban libremente por los campos y continuamos la vuelta a San Pedro, en el descenso cruzamos el río purifica que significa agua fría y el río puritana que es agua caliente.
Los cactus están protegidos y se asientan a orillas de las laderas escarpadas y barrancos que descubrimos ahora en la bajada, pronto llegamos al hotel sobre las 12,30h tarde libre para salir con las motos a las cinco de la tarde a visitar el valle de la luna.

Podría buscar mil detalles de este pueblo, para trasmitirles a ustedes, lo que más me llamó la atención y por eso justifico el titulo es la cantidad de perros que pasean por las calles como Pedro por su casa, fotografié a cinco perros aparcados durmiendo en batería uno tras otro y confirmamos que en estos comercios, los italianos, alemanes, aventureros y hippys han buscado una razón para quedarse.

Repostamos y partimos para el valle de la luna, un paseo de 20 km a las afuera de San Pedro para seguir adivinando las bondades de la tierra, entramos por unos escarpados cañones naturales de tierra caliza, y se nos fue descubriendo delante de nosotros las dunas de arena negra que contrastaba con el silencio de un valle blanco de sal, cerrado por caprichosas formas geológicas de picos.

Nos dimos una caminata hasta la cumbre de la duna y disfrutamos de la belleza del lugar, una especie de tierra dormida bajo algún hechizo, el milagro se produce cada vez que la luna llena despierta, se viene a dormir a este valle, y continua el encantamiento por los siglos de los siglos.

Mañana nos toca volver a descender a la costa en dirección a Calama, para llegar a Tocopilla debemos arribar a Iquique nuestro lugar de destino sobre las 4 de la tarde son 480 km De etapa, compartidos entre desierto monótono y costas. Se lo contaremos.

Veo las noticias por la tele. El volcán chaitén se ha puesto bravo de erupciones han evacuado futaleufu y puerto Mont, las cenizas cubren más de veinte centímetros de espesor. Y los especiales noticieros al más puro estilo latino dedican muchos minutos a esa cobertura, estamos tranquilos de momento, pues la provincia de Paleme en la región de Patagonia hasta muy al sur, a medio día de vuelo y nosotros partimos al norte.