10 mayo 2008

ALTIPLANO.- Paseando por el cielo








Salimos temprano, a las 6,30 h ya tenemos las motos cargadas y todo listo para partir al cielo, Arequipa esta despertando lentamente a la actividad, y la aurora de la mañana deja una estampa a la catedral preciosa. Pronto dando saltos entre adoquines nos vamos escapando por el cerro colorado hacia el noroeste, a la izquierda de las cubres del “Chachani”.

Las Guaguas de la perisferia van llenas reventar de gentes que acuden a sus puestos de trabajo, la gente camina al pié de la carretera, y todo cobra de repente una inusitada actividad, Arequipa sin duda es una ciudad para volver y descubrir con más tiempo, pero nosotros el tiempo es oro y la carretera el camino que nos lleva a descubrirlo,

En poco menos de 70 kilómetros, ya habíamos subido hasta los cinco mil, la carretera con curvas largas y aceptable pavimento nos ayudaba a escalar a las cima, disfrutando de la conducción. Dejamos atrás Yura, Patahuasi, e Imata, Ahora es el cielo el que nos lleva en volandas, el paisaje del altiplano es sobrecogedor, llanuras inmensas, valles helados, Picos majestuosos, lagos ateridos. Vicuñas salvajes, ovejas

La respiración se hace difícil, hay que esforzarse en respirar profundo y lento, la falta de oxigeno nos atolondra, a partir del control de Santa Lucía, la carretera empieza a ser horrible, parches, baches y irregularidad, tenemos que ir esquivando lo que podemos, mientras los carteles rezan que estamos cerca de Juliaca

Juliaca es una ciudad horrible, no hay orden y hemos rodeado el exterior entre chatarra, calles sucias, polvo, gente que va y viene, triciclos que se te cuelas por todos lados, a la orilla de las calles ves tipos soldando escapes con soplete, gente que vende frutas en carros destartalados, perros por todas partes cruzando, camiones cayendo a trozos envueltos en nubes tóxicas, todo el desorden más inimaginable junto en la ciudad.

Ahora tomamos la panamericana. Que no es ninguna autopista, es una carretera un poco más decente, empezamos a internarnos suavemente en un valle que desciende al píe de la cordillera montañosa, estamos sobre los cuatro mil, y vemos bellos pueblitos de adobe y paja brava salpican la geografía.

La vegetación va ganando color y los eucaliptos forman pequeños bosques en las vaguadas y cerros. Púcara, Ayaviri, Santa Rosa, Nos sorprende ver niños tan pequeñajos caminando por la carretera al regreso del colegio, tocamos las pitas y nos saludan alegres al ver la caravana de motos.

Las paredes de los cerros crecen a ambos lados de los valles, gana en calidad de viviendas, y la actividad agrícola es un bien latente. Pasamos por Abra la raya, rachí, Sicuani, es aquí donde el río crece y empieza hacer espectacular, sereno y caudaloso invita hacer canoa o “rafting”

En Combapata, unas nubes descargan granos gordos de agua, dejando el tacto a flor de piel, extremamos la conducción hasta el siguiente pueblo Urcos, la lluvia devuelve el sol y pronto se nos seca el equipo motero, Una última parada para recuperar fuerzas ante los escasos cien kilómetros para Cuzco,

Andahuaylillas y Oropesa son los pueblos que dan la bienvenída a Cuzco, que nos toca con el sol de frente, otra experiencia Horrible, entrar en esta ciudad en la caída del sol, extremamos las precauciones, tocamos las pitas como descocidos, y las nubes de humo contaminante abrazan la luz del sol convirtiendo la llegada en un acceso al infierno.

No puedo ver nada, solo el parachoques del delante, gente que nos mira como si vieran extraterrestres y la calle principal bacheada y caótica, Así casi media hora hasta encontrar nuestro hotel, llegamos extasiados han sido 600 kilómetros de emocionantes e intensa actividad, nos vamos a comer algo, “Briefing”

Hoy estamos todos cansados la etapa a sido dura, y aunque pueda contarles más detalles de todas las emociones vividas me puede el sueño.
Mañana conoceremos cusco, y algunas ruinas de alrededor, acabaremos en el valle sagrado después de andar una etapa corta de 110 km.

Vamos hacer turismo de a pié los próximos días, se lo seguiremos contando desde la tierra del condor y los Incas.