16 mayo 2008

TITICACA.-El mar de Bolivia











A las seis de la mañana la lluvia era serena e intensa, estaba claro que no iba a parar para que pudiera tomar las motos y emprender la penúltima etapa, así que abrigados hasta las orejas decidimos afrontar la realidad y mojarnos hasta que el Dios lluvia decidiera.

Una media hora más estuvo calando, un rocío mañanera que sacaba el humo triste, de las chimeneas de barro, me quedo cierta melancolía dejar el valle sagrado, me había enseñado tanto de la cultura de los Incas y del autentico pueblo actual del Perú, que me prometí volver en alguna otra aventura, sin duda es un destino lleno de sensaciones.

Ahora enfilamos por Pisaq el escape a la urbe Cusqueña, que al igual que la cerveza se usa para nombrar a la población de Cusco, por cierto aquí se escribe sin zeta intercalada.
El valle Sagrado continúa en la otra dirección buscando el nacimiento del río Urubamba, la palabra bamba significa valle en quechua.

Madre de Dios, esa región es donde nace el verdadero, el misterioso, exuberante y brutal amazonas, que cosquillea en mi cerebro una futura aventura en moto, la primera expedición en moto en cruzar semejante huerto salvaje. De momento está la base del proyecto que empieza a tomar forma.

Cerca del la laguna de Huaras , junto a Oropesa se encuentra la conexión del cruce que nos devuelve la ruta de regreso por la panamericana a Puno, lugar de destino que está por descubrir. Allá la serpenteante carretera de llamas y perros de montaña van adornando el altiplano, con una vegetación helada de paja brava. la hierba alimento de las llamas que además sirven para recubrir los techos de las casitas de los pueblos perdidos.

Hay varias estampas que no dejan de sorprendernos del altiplano, la imagen de los perros echados a orillas de la carretera, y los niños con uniforme que caminan a los costados de la misma, los rebaños de llamas pastando y las torrenteras de aguas cristalina desgarrando la tierra de los valles en su recorrido hacia el mar o el lago,

Las cumbres perennes siempre hay, pero están más arriba, los picos se suceden como por encanto, las altitudes de todas estas cadenas montañosas rondan y pasan los seis mil metros, es un desafío continuo al cielo y su perceptible abundancia.

Juliaca es de cuento oriental pero en pleno pulmón del altiplano, es la ciudad más caótica del Perú. Miles de triciclos, coches carros, burros, camiones, guaguas se roban los pocos espacios que quedan de las sucias y denigrantes calles del pueblo, vías colapsadas de movimiento mecánico y humano sin orden ni concierto, todos pasan y la ley del espabilado, píta que te doy y morro que te meto.

Hay que apurar el embrague de las motos y vigilar los cuatro costados para que no te rocen, o tiren, aun así es sorprendente esta actividad desenfrenada, cruzar el pulmón de este pueblo significa impregnarte de su vida ajetreada y desconcertante, a donde diablos va y viene tanta gente.

Desde el cerro a la entrada del lago Titicaca se observa una de las bahías de este inmenso mar de alturas, la ciudad de Puno está asentada en su golfo y al igual que el resto de pueblos del altiplano, sus figuras son las distinguidas casitas de barro, con sus callejuela estrechas y desorganizadas.

El lago esta cerca de los 4000 m. de altura, sus medidas más destacadas son: La longitud mayor del mismo son 165 km. Por 60 km, en su parte más ancha, y el punto más profundo sobre los 300 m. de altura. Una idea del enorme mar que se comparten Perú y Bolivia. Sin duda el único mar que le queda a Bolivia.

El movimiento turístico entorno a este lago es importante, su gran atractivo el viaje en Barco a visitar las islas de los Uros, estas islas tienen una peculiaridad importante pues sobre las cincuenta y dos islas artificiales y flotantes que han construido este pueblo se asienta toda una cultura ancestral con lengua propia los Aymaras.

Las islas flotantes se construyen con la Totora, esas plantas marinas que crecen en el lago, y que son su principal fuente de recursos, las casas, las barcas, muchos detalles artesanales y turísticos mueven la supervivencia de este fantástico pueblo, que lucha por mantener su identidad aunque el reuma le coma los huesos.

Mañana toca el final de etapa, para llevarnos un buen recuerdo será la etapa más larga tendremos que cubrir los 650 km. Cruzar el altiplano sobre los 5000m. Donde la respiración se hace difícil y bajar hasta Mocegua recuperar la frontera con chile y arribar en Arica, si todo es posible sobre las 5/ 6 de la tarde.